LA VERDAD                                                                                                                       Glynnis Whitwer

Gálatas 6:2, “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.” (NVI)

 

Lectura:

Recuerdo que hacía mucho calor ese día del verano en que mi mamá, mi hermana menor, y yo manejábamos hacia el oeste en el desierto de Arizona. Habíamos visitado familiaen California. Lizzie y yo todavía no teníamos edad para manejar, así que nos entreteníamos atrás leyendo.

Cuando paramos para echarle gasolina al auto, mi hermanita y yo nos quedamos sentadas, mientras nuestra mamá salió. Había mucho viento esa tarde, y se podía ver que los árboles se mecían en el aire. Mi madre se puso el cabello detrás de la oreja mientras se inclinaba sobre la bomba de la gasolina. Dentro de segundos una ráfaga fuerte de viento sopló a través de la gasolinera, y levantó el borde de su falda. 

Normalmente ella habría usado una enagua, pero en esta distancia larga del desierto, decidió no ponérsela por cuestión de comodidad. Lamentablemente, el viento levantó su falda, y dejó ver las piernas, las nalgas y mucho más…de manera que todos los otros clientes pudieron ver un espectáculo. Mi madre, sin saber lo que había pasado, continuó con su trabajo de echarle gasolina al auto.

Mi hermana y yo, por otra parte, lo vimos todo. ¡Uno pensaría que las hijas juiciosas y buenas habrían gritado por la ventana diciéndole a su mamá que se cubriera! Sin embargo, nos doblamos una encima de la otra por la risa. Nuestra risa no nos dejó anunciar lo que estábamos viendo. Con lágrimas cayendo sobre nuestras mejillas seguíamos riendo.

Mamá acabó con la bomba, arregló su falda y nos fuimos de esa estación. ¡Esperábamos no ver nunca más a esos clientes! 

Qué lástima que, aunque éramos niñas, no tuvimos el sentido de mostrarle a nuestra mamá lo que estaba pasando. Esto, para mí, es una enseñanza muy importante. Muestra lo que puede suceder cuando el cuerpo de Dios no trae a la luz la verdad en la vida de otro.

El versículo clave es Gálatas 6:2, que dice: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.”  Le antecede este versículo: “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.”

Las mujeres cristianas deben de cuidar las espaldas de sus hermanos y hermanas cuando perciben el pecado.  Al ver que una hermana está en terreno peligroso, necesitamos corregirle y ayudarle a identificar sus pecados y pedir perdón. Esto lo hacemos para “llevar sus cargas.”

Señalar a nuestras amigas su comportamiento es muy difícil. No queremos ofender. Pero cuando los creyentes ayudan a otros creyentes, ayudan que el cuerpo de Dios se mantenga puro. La meta de Dios es unidad y pureza entre la iglesia (Efesios 3-4), pero podemos fácilmente sacrificar la pureza por lo que creemos que es la unidad.

Para hablar la verdad se necesita mucha oración, apoyo y un espíritu sensible. No nos corresponde juzgar a nuestra amiga, solamente ayudarle a ella que lleve sus cargas. 

También es una buena idea que, si vemos que la falda de nuestra amiga se levanta mostrándonos lo que no se debe ver, le ayudamos a ponerla en su lugar. (Disculpa, mamá.)   

Padre que estás en los cielos, te alabo por el amor que nos das. Aunque ves mi pecado, todavía me amas. Gracias por traer hermanas y hermanos a mi vida para que me ayuden a permanecer fiel a ti. Te pido que me des un espíritu de humildad para recibir sus correcciones. Y si me estás llamando para que ayude a una hermana que está viviendo en pecado, oro para que me des sabiduría.   En el nombre de Jesús te pido todo esto, Amén.

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¿Alguna vez alguien te ha corregido?  ¿Qué pudiste aprender?

¿Cuáles son algunas razones específicas por las que no hablas sobre las inquietudes que tienes con respecto a alguna hermana?

¿Por qué desea Dios la unidad y pureza en su iglesia?

¿Qué puedes hacer para crear una relación honesta con tus amigas cristianas?


Versículos que te darán fuerza:
Efesios 4:25: “Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.” (NVI)

2 Timoteo 4:2: “Quiero que anuncies el mensaje de Dios en todo momento. Insiste en anunciarlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.” (BLS)

Lucas 17:3: "Así que, ¡cuídense! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo”. (NVI)

Gálatas 6:1: "Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.” (NVI)

© 2012  de Glynnis Whitwer. Todos los derechos están reservados.  

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