LA CORTESÍA NO TIENE QUE SER PERFECTA PARA SER BUENA

Lysa TerKeurst

“Que sus conversaciones sean cordiales y agradables, a fin de que ustedes tengan la respuesta adecuada para cada persona.”Colosenses 4:6 (NTV)

Lectura:

Me gusta este versículo. De verdad. Me interrumpe. Hace que cambie de dirección.

Pero principalmente me pone un reto.

Y la parte que más me desafía es la de “cordiales y agradables”. Mis conversaciones deberían estar llenas de cortesía. En otras palabras, la mayoría de mis palabras deberían estar llenas de cordialidad hacia la persona con quien estoy conversando.

No sé si lo has intentado, pero es difícil

El otro día sabía que iba a tener un día bastante desafiante con una de mis hijas. Era uno de esos días en que desde el principio supe que ella iba a intentar empujar cuando lo que yo quería era jalar. Ella se querría ir, cuando yo querría hacer una pausa. Ella iba a tomar algo cuando yo no estaba con humor de dar.

Simplemente sabía que iba a haber un problema.

Así que pensando en este versículo, me dije a mí misma: “llena de cordialidad y agradable, Lysa. Completamente llena. No parcialmente. No a medias. Pero totalmente llena de cordialidad y siendo agradable.”

Con cada respuesta, yo dosificaba cortesía generosamente. No fue que no la corrigiera, sí lo hice. Pero lo hice en tonos calmados.

Busqué maneras de tranquilizarla amorosamente. Sostuve su mano. Le mostré lo feliz que estaba con ella mediante expresiones en mi rostro. Y me mantuve en silencio cuando mis nervios me rogaban hacer todo lo contrario.

Lo hice muy bien… por un par de horas.

Y luego fallé. Por completo.

Estaba tan desanimada.

Pero cuando pienso en retrospectiva ahora, eso es parte de la cortesía también. Demostré que la razón por la que soy cortés es porque lo necesito desesperadamente. Pedí perdón y decidí resistir mi propio malestar que me pedía sentarme y someterme a mi desordenada humanidad.

Me sacudí el polvo y susrré: “Dios, ayúdame. Por favor, por favor, ayúdame”.

Y di un paso más hacia la cordialidad que tan desesperadamente quería demostrar.

No sé quién es la persona en tu vida que te pone a prueba para ser cortés y cordial, pero, ¿cómo serían las cosas diferentes si tan sólo por hoy decidieras resistir tu malestar e intentaras darle una oportunidad a la cordialidad una vez más?

Recuerda, la cortesía no tiene que ser perfecta para ser buena.

Querido Dios, gracias por tu asombrosa cordialidad. Espero que la pueda ofrecer en cada conversación que tenga hoy. Pero cuando no lo logre, gracias por darme una dosis extra de cordialidad. En nombre de Jesús, amén.

Recursos relacionados:                                                                                                            Cuando compras algún recurso a través de los Ministerios Proverbios 31 dejas una huella en la eternidad porque tu compra apoya las diversas esferas que sin costo alguno ofrece este ministerio para dar esperanza. Quisiéramos competir con los precios que ofrecen los enormes almacenes que venden en línea, pero sencillamente no podemos hacerlo. Por lo tanto, agradecemos muchísimo todas y cada una de las compras que hagas con nosotros. ¡Gracias!

Nuestros recursos

Visita nuestra página en Facebook

Reflexionar y responder:

¿Quién es la persona en tu vida que te pone a prueba para ser cortés y cordial? ¿Cómo serían las cosas diferentes si tan sólo por hoy decidieras resistir tu malestar e intentaras darle una oportunidad a la cordialidad una vez más?

La próxima vez que necesites ser cordial, pide perdón, sacúdete el polvo y susurra: “Dios, ayúdame. Por favor, por favor, ayúdame”.

Versículos poderosos:

Efesios 4:32, “Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (NVI)*

Hebreos 4:16, “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.” (NVI)*

© 2012 de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados