Chicas Crueles
Lynn Cowell

Colosenses 3:8  “Peroahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno.”(NVI)

Lectura:

Estar en la fila para entrar al concierto le dio a mi familia suficiente tiempo como para mirar a la gente. Mientras que jóvenes y jovencitas pasaban hacia atrás de la fila, yo señalaba la vestimenta indecente. “¿Por qué debe usar eso en público?” “Oh no, no puedo creer que ella se sienta cómoda usando eso”, comentaba yo mientras nos pasaban una por una por el lado.

Debí haber  dicho varias de esas frases porque mi hija adolescente, la mayor, dijo: “Mami, estás siendo cruel”

Me sentí tan pequeña. Yo no había pensado que estaba siendo cruel. Simplemente les estaba mostrando a mis hijas cómo no vestirse. Pero mi hija tenía razón.

La verdad es que mis hijas ya saben cómo no vestirse; yo les he estado enseñando desde que tenían cinco años. Y ahora les estaba enseñando cómo juzgar a otra mujer. Les estaba enseñando a ser crueles.

Desde esa noche en el concierto he llegado a la conclusión de que las jóvenes crueles vienen de madres crueles. Cuando mostramos las debilidades de otros estamos siendo un modelo para nuestros hijos de cómo tener un corazón que juzga. En lugar de eso, lo que nosotras como madres debemos mostrar es compasión.

El versículo de hoy nos dice que nosotros debemos dejar toda calumnia, que significa observaciones escandalosas. Es más, ni en el versículo anterior ni en el siguiente se menciona que está bien calumniar a los demás.

Una forma en la que estamos superando el espíritu de crueldad en nuestra familia es dando cuentas. Cuando mis hijas están chismeando o hablando mal de otra muchacha, yo gentilmente se los muestro y ellas hacen lo mismo conmigo.

Al principio, el que mi hija me llamara a rendir cuentas fue un poco difícil.  Pero al hacer de esto una situación familiar, en lugar de ser solo yo corrigiendo a las chicas, nos está llevando a un mayor nivel de amabilidad.

Como yo, puedes sorprenderte al descubrir cuán seguido dices cosas poco amables. Si cuidan de las palabras entre ustedes, tanto tu como tus hijos se volverán más compasivos, juzgarán menos, ¡y serán mucho más cuidadosos con el tipo de palabras que dicen! Está funcionando conmigo, ¡sé que también funcionará contigo!

Amado Dios, quiero quitar toda difamación de mí y al mismo tiempo enseñar a mis hijos a hacer lo mismo. Por favor, limpia mi corazón que juzga y ayúdame a colocar una guarda en mi boca. En el nombre de Jesús, amén.

Pasos para la aplicación:

Sé espía de ti misma en las próximas 24 horas. ¿Tus palabras están construyendo o derribando?

Cuando tienes un pensamiento crítico de alguien, intencionalmente busca un comentario positivo que puedas hacer de esa persona.

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Puntos para reflexionar:

Mis palabras no están edificando y sí derribando, nada de eso es bueno.

Versículos que nos enseñan:

Romanos 12:10 “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente” (NVI)

© 2012  de Lynn Cowell.  Todos los derechos están reservados.  

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