LA FORMA DE SU AMOR

 

Susan Meissner

 

"No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley." Romanos 13:8 (LBLA)

         

Nuestra escritora invitada de hoy es Susan Meissner, una novelista galardonada, madre de cuatro hijos, y esposa de un pastor. Su libro The Shape of Mercy (La forma de la misericordia) fue elegido para la selección otoñal de P31 "She Reads". Le pedimos a Susan que compartiera una devoción con nosotras tocante a uno de los temas de su novela.

 

Devoción:

 

¿Alguna vez permitiste que el temor ejerciera su influencia sobre tu punto de vista? Mi esposo aún hoy bromea acerca de una vez en la que yo lo hice.

 

Cuando nuestra familia vivía en Minnesota teníamos lo que denominábamos "la temporada de murciélagos." Era una época del año en la que los murciélagos generalmente entraban en la casa y necesitaban ayuda para salir. La forma de animarlos por lo general consistía en un balde o cubeta y una raqueta de tenis. Un murciélago en calma podía suavemente ser persuadido con la raqueta a meterse en el balde y después podía ser liberado afuera. No les temía mucho pero no los quería cerca de mí y el agitar de sus alas superaba lo que yo podía aguantar.

 

Una noche durante la temporada de murciélagos, me desperté al sonido de esas alas. Levanté la vista en la oscuridad y allí, en el techo, estaba la forma de una V; sus alas desplegadas como las de Batman. A mi lado estaba un esposo dormido y no había ninguna raqueta.

 

De un empujón desperté a Bob y con tono chirriante le di la temible noticia.

 

"¡Bob! ¡Hay un murciélago aquí en nuestro dormitorio!"  

 

Se levantó de una sacudida y yo rápidamente le dije ¡shhh! "¿Dónde?" susurró él.

 

"¡Allí!" le dije señalando al techo. "¡¿Lo ves?! ¿Qué vamos a hacer?"

 

Bob buscó un zapato, revista o algo al lado de la cama. "No sé," dijo. "Creo que voy a tener que encender la luz."

 

"¡No! ¡Se va a poner a volar por todas partes!" chillé.

 

"Necesito una raqueta."

 

Estaba casi hiperventilada al ver que Bob se estiraba para encender la lámpara de su mesita de luz. Nos preparamos para el caos. Y así la luz reemplazó a la oscuridad, y la misma reveló no a un murciélago pero a nuestras luces ajustables del techo que formaban una V porque yo las había acomodado así hacía nueve años.

 

Había permitido que el temor me convenciera de algo que no era real. No solo me apresuré a juzgar, sino también utilicé mi temor para convencer a otra persona de que lo que yo creía era verdad.

 

Con frecuencia juzgamos a personas o situaciones de las que sabemos muy poco. La historia nos dice que al juzgar con ignorancia podemos cometer graves errores. Cuando permitimos que las sospechas o lo que dice la gente influya en nuestro punto de vista sobre una persona o cosa, podemos cometer el trágico error de suponer que algo es verdad cuando en realidad no lo es. El temor nos enseña a pensar de esa manera. El mismo nos distorsiona la visión.

Jesús dijo que Él solo tiene dos expectativas en lo que respecta a nosotros: que amemos a Dios y al prójimo--incluso a aquellos a quienes no entendemos, aquellos cuyo comportamiento es distinto al nuestro, y aquellos que "aletean" cuando nosotros preferimos que no lo hagan. Cuando amamos a Dios completamente, encontramos la gracia, misericordia y sabiduría para amar al resto del mundo. Además, en 1 Juan 4:18 Él nos dice que no hay temor en el amor.

Al hacer que el amor sea nuestro mayor y mejor anhelo, el temor y el juicio se disuelven tan rápidamente como la oscuridad de mi cuarto cuando enciendo la luz. Estoy aprendiendo a dejar que Su luz me muestre la forma de Su amor.

Mi amado Señor, Tú eres la esencia misma del amor. Sabemos que cuanto más amamos más reflejamos Tu imagen a un mundo que tan desesperadamente necesita verla. Ayúdanos a amar más y juzgar menos. En nombre de Jesús, Amén.

 

 

Aplicación: 

 

Elige una organización de tu zona que brinde ministerio a los desamparados y bríndales dos horas de hospitalidad y servicio. Fíjate si tienes alguna noción preconcebida de los desamparados y descártala dejando que Dios reemplace estas impresiones con Su amor.

 

 

Recursos sugeridos:

 

¿Qué hago ahora?

 

Más recursos

 

 

Reflexiones: 

 

¿Alguna vez te han juzgado o alguien te ha asociado con alguna presuposición? ¿Cómo te hizo sentir?

 

Fíjate en Romanos 8:14-16. ¿Qué dice aquí el apóstol Pablo acerca del temor?

 

Vuelve a leer nuestro versículo clave--¿te sientes morosa en cuanto a la deuda del amor? 

 


Versículos para recordar:

 

Colosenses 3:13-14, "…soportándonos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad." (LBLA)

 

Mateo 7:1-3, "No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (LBLA)

 

 

 

© 2010 de Susan Meissner. Todos los derechos están reservados.

  

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