COSAS QUE DIOS TIENE PLANEADAS PARA NOSOTRAS

Van Walton

“Muchas son, Señor mi Dios las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades a favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serian más de lo que puedo contar.” Salmos 40:5 (NVI)        

Lectura:

Los Señores  Schmidt y Bradford fueron mis maestros favoritos en el sexto grado. Sabían dos cosas acerca de mí: yo era bilingüe y vivía cerca del barrio de chabolas más grande de Bogotá, Colombia. Siempre recordaré el día que estos dos hombres jóvenes pidieron mi ayuda.

En los principios de los años 1960 mi familia vivía en Bogotá. El señor Schmidt y el señor Bradford eran profesores en la escuela americana a la que yo asistía. Cada día en su camino a la escuela, pasaban el vecino barrio de chabolas. Pronto desarrollaron una visión para educar a los niños que vivían allí, y su gran sueño me incluía a mí.

¿Podría yo ser su intérprete del inglés al español y viceversa? Con la aprobación de la escuela, diseñaron un programa gratuito para los niños que no tenían acceso a la educación.

No solo me pidieron que fuera su intérprete sino que me incluyeron en su programa como tutora en las tardes.

Esta idea despertó algo que estaba escondido en mi corazón, esperando el momento adecuado para emerger. Crecí rodeada de una pobreza indecible y aunque era solo una niña, experimentaba una carga constante. ¿Cómo era posible que tuviera una casa y los niños de la calle no tenían nada? Soñaba con ayudar, pero desechaba la idea porque era solo una niña.

Sin embargo, Dios no lo veía así. Él tenía un plan. Mis clases en educación comenzaron mucho antes de que yo asistiera a la universidad. Al trabajar junto a de dos profesores comprometidos, me puso en un camino que sentó las bases para algo más que un trabajo. Se convirtió en una vocación de vida.

Los años pasaron. Mi familia regresó a los Estados Unidos. Me gradué de la universidad con un Bachillerato en Español y comencé mi carrera como profesora. Me casé. Llegaron los bebés.

Parecía que mi vocación de enseñar estaba en espera. Pero como una madre ama de casa, tuve la oportunidad de conocer otra educación, la espiritual. Comencé a asistir a estudios bíblicos y mi pasión original por la educación se multiplicó. Quería compartir la Biblia con los demás. Y lo hice, primero con mis hijos y luego con otras mujeres.

De enseñar clases de Biblia, Dios amplió mi ministerio. Y una vez más, sus maravillas salieron a la luz. Era obvio que cuidadosamente me había ubicado. Hace unos años empecé a alcanzar a mujeres cuya lengua materna es el español al traducir, junto con un equipo de mujeres muy capaces y comprometidas con el evangelio, lecturas que llegan al mundo entero.

Nunca pensé que localizaría el plan de Dios para mi vida en las laderas andinas de América del Sur y la visión de dos maestros dedicados. Ese plan continúa en el trabajo del ministerio que alimenta mi pasión hoy día en Carolina del Norte. Mirando hacia atrás, veo muchas cosas maravillosas que Dios ha tenido para mí, y realmente son demasiadas para contar, como dice el Salmo 40:5.

Estoy asombrada de que Dios eligió a una chica joven que vivía en la selva y entretejer  sus experiencias, junto con la vida de otros, en sus planes presentes y futuros para confirmar sus maravillosos caminos: "Muchos, Señor mi Dios, son las maravillas que has hecho, las cosas que planeas para nosotros. Ninguno se puede comparar contigo; Si fuera a hablar y a decir de sus actos, serían demasiados para declarar."(Salmo 40:5).

Si Dios hizo esto conmigo, puede hacerlo contigo también.

Padre celestial, gracias por sembrar sueños en nuestros corazones para servirte, incluso como niños. Abre nuestros ojos a tu obra alrededor de nosotros, y a cómo entretejes personas y circunstancias para tu reino. Eres alguien que da sueños y que hace cumplir sueños. Te adoro y te doy toda la gloria. En el nombre de Jesús, Amén.

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Reflexionar y responder:

Toma unos momentos hoy y reflexiona sobre tu vida. Observa cómo los aspectos más destacados se entretejen y señalan los caminos maravillosos de Dios.

Versículo poderoso:

Jeremías 29:11, “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes – afirma el Señor – planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” (NVI)

© 2013  de Van Walton. Todos los derechos están reservados.