BAILE DE BODAS                                                                                                                                                           
Van Walton

 Salmos 119:112,“Inclino mi corazón a cumplir tus decretos para siempre y hasta el fin.” (NVI)

Lectura:

Una alegre fiesta de bodas montada para celebrar a la nueva pareja en medio de la noche, envueltos de júbilo y a la luz de las velas.

La novia y el padre bailaban, acompañados del novio y su madre. Ojos de adoración rodeaban el lugar.

Finalmente las parejas jóvenes y mayores se acercaron a la pista de baile. Después de unas cuantas notas musicales, el DJ anunció: “Todas las parejas casadas desde hace un año o menos dejen la pista”. Luego pidió a los que tenían 5 años de casados o menos que dejaran su lugar. Y así continuó la invitación para las parejas de 10, 20, 30 años.

Mientras bailaba con mi esposo noté que quedábamos muy pocas personas.

“¡40 años!”, el DJ anunció a las últimas tres parejas que estaban bailando.

Cuando la canción terminó, nuestros amigos, sus hijos, ahora adultos jóvenes, y nuestro hijo se acercaron a darnos aplausos, palmadas en la espalda y “¡felicitaciones!”.

Muchos preguntaron: “¿Cuál es su secreto para seguir juntos?”

La pregunta no me sorprendió. A menudo escuchamos esa pregunta pidiendo sabiduría.

Me sentí honrada de compartir mis pensamientos con aquellas personas que apenas iniciaban la aventura del matrimonio.

*Mantén la diversión y la aventura en tu matrimonio. “La vida es un regalo”, eso me lo enseñó mi madre.

*Estén dispuestos a hablar lo que haya que hablar y a perdonar. “No dejen que amanezca estando enojados”, eso lo compartió mi Padre.

*Rodéate de mujeres piadosas que te escucharán sin juzgar a tu esposo.

*Conoce a tu esposo. El entender su personalidad y su lenguaje de amor me enseñó a evitar conflictos y a aceptarlo.

Durante la recepción de la boda, muchas personas dijeron: “¡Qué romántico… tantos años juntos!”.

Su idea tan idealista del matrimonio me hizo reír. ¿Romántico? No tanto, yo más bien describiría nuestros años juntos como:

Muchas lágrimas por malos entendidos.

Egoísmo, soledad. Tiempos duros y difíciles, una lucha de emociones difíciles de entender.

Palabras dolorosas, momentos difíciles. Muchas oportunidades de compromiso. ¡Ambos éramos tercos!

Honestamente, cuando miro atrás, a los últimos 42 años, sé que el verdadero pegamento que nos ha mantenido juntos ha sido Dios, y el poder de su Palabra.

Cuando pensaba en querer dejarlo, leí que una esposa cristiana no debe dejar a su esposo. (1 Corintios 7:10)

Cuando me sentía sola, leí que Dios estaba conmigo. (Sofonías 3:17)

Cuando pensaba que yo tenía la razón y mi esposo estaba equivocado, leí que yo no debía enaltecerme. (Romanos 12:2-4)

Una mujer sabia me instruyó durante tiempos difíciles y me dijo lo siguiente: “El matrimonio es como un triángulo. ¿Quieres estar más cerca de tu esposo? Permanece cerca de Dios, conforme ambos alcancen la parte alta, no solo estarán más cerca de Dios sino que estarán cada vez más cerca uno del otro”.

Hace muchos años yo era una esposa joven que pedía consejos a las mujeres mayores ya casadas. Ahora he aprendido a dejar de mirar a mi matrimonio y a mi esposo y a empezar a mirar a Dios, su Palabra y mi corazón.

El matrimonio puede ser duro, pero es fácil cuando pasamos más tiempo enfocándonos en las verdades alentadoras de Dios y menos tiempo concentrándonos en las fallas de nuestros esposos. El día de hoy empecemos a practicar el dar gracias a Dios por las cualidades de nuestro esposo y a recordar por qué nos casamos con él.

Dios Padre, solo tú solo eres perfecto. Ayúdame a mantener mis ojos en ti. Yo sé que nadie es un compañero fácil para toda la vida. Recuérdame diariamente que debo frenar mi espíritu crítico. Ayúdame a ver a mi esposo a través de tus ojos. En el nombre de Jesús, amén.

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Reflexionar responder:                                                                                                                 El matrimonio fue diseñado por Dios para ilustrar nuestra relación con su Hijo.

¿Ves a tu esposo a través de los ojos de aceptación y gracia de Jesús o a través de las necesidades que esperas que él cumpla?

Concéntrate en las fortalezas de tu esposo. Enlaza tus necesidades con esos aspectos de la personalidad de tu esposo.

Versículo poderoso:                                                                                                                              
Marcos 10:5-9, “Esa ley la escribió Moisés para ustedes por lo obstinados que son —aclaró Jesús—. Pero al principio de la creación Dios “los hizo hombre y mujer”. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.” Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.” (NVI)

© 2013 por Van Walton. Todos los derechos están reservados.