MI SECRETO

Ana Stine

 

 

 "Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo". Gálatas 6:2 (NVI)

 

Lectura:

 

Tengo un secreto.

 

Es algo con lo que he batallado durante mucho tiempo y algo de lo cual yo me avergonzaba.  ¿Quién podría entender por lo yo que estaba pasando?

 

Un día me sentí tan desesperada que decidí compartir mi secreto con Susan, una amiga en mi estudio bíblico.  Mis palabras y lágrimas brotaron con tanta fuerza que no pude contenerlas. 

 

Le conté que desde mi adolescencia yo sufría de una fatiga extrema, que había días en que sentía que no podía cuidar de mis hijos o de mi hogar, y que había veces en que mis brazos y piernas me dolían tanto que me costaba trabajo levantarme de la cama.

 

Le conté que me sentía culpable y avergonzada, que pensaba que era una mala madre y esposa - sin paciencia y sin energía, que pensaba que era una mala cristiana porque si no podía cuidar de mi hogar, ¡cuanto menos poder compartir el amor de Cristo con otras personas!

 

Cuando al fin mis lamentos y lágrimas cesaron, temí levantar el rostro.  ¿Qué pensaría Susan de mí?  Seguramente que era una holgazana y una cobarde.

 

Pero cuando al fin me animé a darle la cara, hallé una mirada llena de compasión.  "¡O, Ana!" me dijo.  "Yo sé exactamente como te sientes.  Yo también he batallado con este problema por muchísimos años."

 

Susan me abrazó tiernamente y luego oró por mí.  Después me animó a hablar con mi doctor sobre mis síntomas.  Después de varios años y muchos análisis, mi doctor logró finalmente averiguar cual era mi problema. El dolor de músculos y fatiga crónica que siento se deben al virus Epstein Barr.  Si no fuera por Susan, yo probablemente nunca hubiera obtenido la ayuda que necesitaba. 

 

Con el tiempo he aprendido a controlar mis síntomas con dieta y ejercicio, pero todavía tengo días en que me siento muy mal - días en los cuales temo caer en la depresión y me pregunto, "¿Volveré algún día a sentirme bien?"

 

Pero gracias a amigas como Susan, sé que estaré bien.

 

El Apóstol Pablo animó a los creyentes a ayudarse los "unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplir la ley de Cristo." (Gálatas 6:2, NVI)  Durante mis dificultades, físicas y emocionales, mis hermanas de la iglesia me han demostrado lo que este versículo significa.  Y aunque aún batallo con cansancio, dolor y depresión, sé que ya no tengo que enfrentar mis problemas yo sola.

 

Ahora tú conoces mi secreto - pero yo ya no me avergüenzo.

 

 

Amado Señor: Te doy gracias por proveer ánimo y apoyo por medio de mis hermanas en Cristo.  Gracias por ser mi ayuda en momentos de dificultad.  Gracias por darme esperanza en tu Hijo, Jesucristo.  En Su Nombre oro hoy.  Amén.          

 

Recursos Relacionados:

 

Quienes somos

 

Más recursos                                                                                                                                                                 

 

 

Pasos para la aplicación:                                                                                                 ¿Hay algo en tu vida con lo que batallas y de lo que te avergüenzas?  Quizás es una condición de salud, un problema económico o un área de pecado.

Te animo a que busques amistades cristianas con quienes puedas compartir tus problemas y quienes te apoyen con sus oraciones y su cariño.

¡No te desanimes!  Dios no se ha olvidado de ti y desea ayudarte por medio de otras personas.

 

 

 

Puntos para reflexionar:

El diseño de Dios es que compartamos con nuestras hermanas en la fe nuestras alegrías y que nos apoyemos las unas a los otras durante nuestros problemas. 

 

Quizás como yo, tu estás pasando por dificultades y te sientes sola.

 

¿Estás dispuesta a buscar ayuda?

 

Y cuando la encuentres, ¿estarás dispuesta a poner tu orgullo a un lado y a aceptar la ayuda que otros te ofrezcan?

 

¡Piénsalo!

 

 

Versículos para recordar:

2 Timoteo 1:12, "Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado".  (NVI)

 

Santiago 5:16, "Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz".  (NVI)                                                                           

 

© 2010 por Ana Stine. Todos los derechos están reservados

Proverbs 31 Ministries

616-G, Matthews-Mint Hill Road

Matthews, NC 28105

www.proverbs31.org