Con Diseño Divino

Plebeya y princesa

De la Palabra de Dios: Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina (2 Timoteo 1:7, NTV).

Su belleza la llevó de una ciudadela, a un palacio. Del anonimato, a la fama. De plebeya, a miembro de la realeza. De huérfana a heroína. Y no, no es una película de Disney, es una historia real, la historia de una joven judía cuyo nombre hebreo fue Hadasá pero quien pasó a la posteridad como Ester, su nombre persa. ¿Cuál es su mérito? Arriesgar la vida por salvar la de su pueblo. Solo dos libros de la Biblia llevan nombres de mujeres y uno de ellos es el de Ester.

Cuando yo era pequeña mi abuela me leyó esta historia varias veces. A mí me encantaba porque me parecía un lindo cuento de hadas. Ahora sé que no tiene nada de cuento, ni tampoco de hadas. Fue realidad, parte de un plan divino perfecto. ¡Y qué tremenda realidad la que vivió esta mujer! Si no conoces su historia, te invito a que la leas, es breve pero cautivadora.

Ester es un modelo de mujer valiente, incluso para nosotras que vivimos en el siglo XXI, bajo circunstancias muy diferentes. Creo que hizo gala de su nombre pues uno de los posibles significados de este es estrella. Y Ester brilla hasta el día de hoy.

Pudiéramos hablar mucho de esta reina pero lo que más me inspira de su vida es su valentía, su disposición a asumir la tarea que tenía ante sí. Ester comprendió que para ese momento crucial había nacido y tenía la alternativa de ponerse a la altura de las circunstancias o pasar por la vida sin dejar huella ninguna y ser simplemente una reina bella que disfrutó las ventajas de su posición. ¡Qué bueno que escogió lo primero!

Tú y yo fuimos creadas con un propósito y para un momento específico en el gran panorama de la historia humana. Mira lo que dice este fragmento de la Palabra:

“Me viste antes de que naciera.

Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.

Cada momento fue diseñado

antes de que un solo día pasara.” (Salmos 139:16, NTV)

Cada uno de nuestros días ya fue diseñado, están registrados en el libro de Dios. Nuestra misión es descubrir ese propósito. Y yo creo que la única manera es pidiéndole a Aquel que nos creó, que nos lo muestre, que nos dé ojos que puedan ver más allá de lo visible y palpable.

No recuerdo donde escuché esta frase, pero no la he olvidado: “Le pido a Dios que me muestre su visión para mi futuro”. Dios tiene un plan maestro del cual tú y yo somos parte. Pídele que te muestre en qué parte de dicho plan encajas tú y cómo puedes ser una Ester en tu tiempo, en tu lugar, en tus circunstancias.

Hace más de 20 años que le rendí mi vida a Jesús. He tenido montañas y valles, como cualquiera. He servido a Dios de diversas maneras y según la oportunidad. Pero ahora que lo pienso, fueron necesarios todos esos años y experiencias para llegar a descubrir cómo mi vida encaja en el rompecabezas de Dios. Y te digo algo, no hay satisfacción ni realización mayor que esta. Cuando por fin encontramos ese “propósito”, estamos dispuestos a todo. Disfrutamos cada minuto y podemos decir, al igual que la bella reina Ester, “si perezco, que perezca”.

La vida cristiana dista mucho de ser un cuento de hadas, y mucho menos una película de Disney. Está garantizado que encontraremos obstáculos pero, si como Ester, los vemos más como oportunidades para crecer, no tengo dudas de que, como ella, dejaremos un legado a quienes nos sucedan. Algo así como la transición de plebeya a princesa.

Sí, vuelvo a mis sueños de niña, y aunque bajo una luz diferente, yo quiero ser como Ester. ¿Y tú?

Esa es la vida que Dios diseñó,

Wendy

Si quieres aprender más sobre el diseño divino para tu vida, te invito a visitar: www.wendybello.com

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